Israel y Palestina en boca de todos - Parte 01


Parte 01. Introducción.

En ningún universo la retaliación planificada es un acto de justicia. Tratar a otros como animales humanos no sería la mejor manera de resolver un conflicto. ¿Por qué es tan dificil aprender de la historia que uno lleva encima y sentir algo de empatía por el modo en que sienten y piensan los demás? ¿No se cansan todos de arruinar el mundo conocido?

Veo con resignación el intercambio de declaraciones de condena e indignación hacia las acciones de palestinos e israelíes. Me parece claro que los hablantes están dotados de una moralidad refulgente e inquebrantable en su condena de la oprobiosa violencia ajena, ya sea a favor o en contra de unos y otros. Igual que yo que estoy a favor de todo lo bueno y en contra de todo lo malo. El problema reside en que no hay una sola solución justa para el universo de los protagonistas involucrados, y toda simplificación del conflicto es una tergiversación de la realidad porque pone a los inocentes de un lado, a los culpables del otro, y achata todos los recovecos que dotan al paisaje explicativo de su relieve. Cualquiera que sigue con curiosidad la historia de los hechos no puede sorprenderse de esta profundización del desastre. Nadie que pueda tomar un poco de distancia y aquietar la efervescencia de sus emociones puede asombrarse de las acciones y reacciones de unos y otros. Yo voy a contar lo que pienso, aunque sea un tema que pone en riesgo las relaciones personales, pero para qué viene uno a las redes sociales si no es para tratar de ver memes graciosos, para pelearse con los demás y deshacerse de una parte de su familia.

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Discutir si el Estado de Israel tiene derecho a existir o si es aceptable que haya organizaciones como Hamas es perder el tiempo y no cambia nada el presente ni el futuro, porque no se trata de un problema sobre la verdad. El hecho es que existe el Estado de Israel y también existe Hamas, entre otras organizaciones más o menos violentas que luchan por un estado propio. La historia puede explicarnos cómo llegaron hasta acá, y será interesante para los hobbistas que se entusiasman por determinar quién tiene la razón histórica más grande para reclamar un territorio u otro, pero eso no cambia la actualidad: existe el Estado de Israel que aloja –entre otros– a un pueblo que tiene una identidad religiosa y nacional que teme por su supervivencia, y existe el pueblo palestino sin un estado organizado y soberano, recluido en una fracción significativamente menor a la que ocupaban hace 70 años, sufriendo continuamente una realidad bastante miserable, muy limitados por diversas razones para el bienestar económico-social y con la convicción de que viven una injusticia cada vez mayor.