Parte 02. Apartheid y el Pueblo de las Páginas Inmobiliarias.
Sigamos, no existe un apartheid dentro de las fronteras de Israel, que
son medio gelatinosas y se derraman hacia los costados. Dentro de la
línea fronteriza, los ciudadanos israelíes gozan de igualdad de
derechos ya sean judíos, musulmanes, cristianos, drusos, ateos,
hinchas de Boca Juniors o rastafaris. En eso no hay demasiada
diferencia con un estado tradicional como los que conocemos en América
o Europa. Por supuesto que hay una estratificación social igual que en
nuestros países y así como es más común que los pobres sean morochos y
los ricos sean de ojitos más claros a pesar de la movilidad social
ascendente de la Argentina (?), en Israel hay israelíes más israelíes
que otros. Pero fuera de la frontera semipermeable y gelatinosa del
Estado de Israel, hay dos territorios en donde podría existir un pleno
estado palestino pero donde no existe un pleno estado palestino, donde
el ejército y las leyes del Estado de Israel intervienen y tratan
distinto a los pobladores de acuerdo a su nacionalidad, religión,
etc. Esa es la definición de un Apartheid: que en un mismo territorio
haya leyes distintas para personas distintas, de acuerdo a criterios
raciales, nacionalistas, religiosos, etc. Se puede discutir (como se
puede discutir cualquier cosa) que haya motivos de seguridad nacional
israelí para este Apartheid, pero no se puede discutir el hecho de que
haya un pintoresco y singular Apartheid en territorios palestinos (los
españoles no masacraban originarios en América del mismo modo en que
los anglosajones masacraban originarios pero ambos redujeron con sus
métodos particulares a la población americana).