Casitas y minimalismo
Espero el colapso universal, pero es aburrida la inactividad. Por eso consumo, sobre todo contenidos online. Entre las montañas de basura digital hay pasadizos que cada tanto quedan parcialmente expuestos, y por algún reflejo imprevisto delatan su presencia e invocan mi exploración. El año pasado, en algún momento, mientras las paredes de un departamento céntrico cercaban mi libertad casi tanto como el horario laboral, descubrí el movimiento de las tiny houses (casitas) y temas aledaños.
En USA, como en cualquier otro país, hay desafortunados que no se pueden costear una vivienda normal, o que prefieren buscar alternativas para no tener que esclavizarse con un préstamo hipotecario o un alquiler. En vez de asociarse para acelerar la destrucción del capitalismo han optado por experimentar soluciones más limitadas e inmediatas. Una de ellas es despojarse del lastre económico de las viviendas convencionales. Con ese fin prueban suerte en espacios mínimos, del tamaño de los monoambientes opresivos tercermundistas que se popularizaron en todas las urbes con el neoliberalismo y la proliferación de divorciados, estudiantes pobres y obreros explotados.
Sin embargo, a diferencia de las cuevas tumberas de los centros urbanos, estos hippies evaden la cultura del consumo excesivo en ambientes iluminados, eficientes en el uso de la energía, agradables a la vista y al tacto, y con costos de funcionamiento muy bajos. Muchas de estas casitas están montadas sobre un remolque con ruedas, por lo cual tienen la posibilidad de instalarse en otro sitio cuando así lo decidan sus ocupantes.
En algunos casos las tiny houses están optimizadas para funcionar off the grid, es decir fuera de la red. Para ello cuentan con paneles solares, baños secos, tanques de agua y gas, aislación térmica y otras tecnologías que minimizan o excluyen la necesidad de conexión a la red eléctrica, el sistema cloacal, etc. De esta manera aseguran costos de funcionamiento menores que los de una vivienda convencional, un grado de independencia mayor (no son autónomas porque usan agua y combustibles que tienen que obtener de algún lado), son menos contaminantes y provocan una menor huella de carbono, etc.
Sus constructores y habitantes tratan de optimizar los lugares de almacenamiento (en los videos van a escuchar bastante la palabra storage), pero es obvio que no basta con eso. Se requiere una forma de vida minimalista y despojada, dado que no alcanzan las repisas, cajones, estantes, armarios para alojar los frutos del consumo desmedido. Obviamente no hay espacio para medianas bibliotecas, ni para coleccionar frascos vacíos que algún día podrían servir para algo, y tampoco para guardar cuadernos, almohadones, negativos, compact-discs, juegos de té, fotocopias universitarias, teclados antiguos, recuerdos de Carlos Paz, videocaseteras, cables, pilas, destornilladores parcialmente rotos (al menos no todo en simultaneo).
Además de casitas pequeñas construidas principalmente de madera, material predominante en los Estados Unidos, a diferencia del ladrillo habitual en Argentina, también hay otras formas de vivienda alternativa: colectivos escolares reacondicionados, botes, yurts (las carpas de los mongoles), casas de adobe, RVs (recreational vehicles que nosotros llamaríamos casas rodantes), etc.
En otra categoría, porque no son pequeñas, están las earthships diseñadas para funcionar off the grid, para mantener una temperatura agradable, aprovechar la energía y el agua, y construidas con bastante porcentaje de materiales reciclados como cubiertas de auto y botellas. Hay un muy buen documental llamado Garbage Warrior (El Guerrero de la Basura) en el que cuentan la historia y siguen la batalla legal de Michael Reynolds, el arquitecto que las desarrolló. Está completo en YouTube pero en muy baja calidad.
Este tema de la vivienda y la forma de vida minimalista tiene por un lado el atractivo por la originalidad de las diferentes opciones, pero lo más interesante sucede en la reflexión sobre las formas de vida que queremos y que no queremos llevar (la relación con el consumo, con el capitalismo, con el medio ambiente), y en definitiva sobre el sentido de lo que hacemos con nuestra existencia. Yo por lo pronto voy a ver qué hago con las montañas de papeles que guardo con fines inciertos.
PD: hay canales muy buenos sobre casitas y formas de vivienda alternativas. Por la selección de videos que verán abajo Exploring Alternatives está entre mis predilectos, pero también les recomiendo: Living Big in a Tiny House, Dylan Magaster, The Indie Project, Kirsten Dirksen.