Israel y Palestina en boca de todos - Parte 06


Parte 06. La teoría del mal único.

Cada día se multiplican las declaraciones de condena al Estado de Israel por los actuales bombardeos e incursiones en Gaza, y en solidaridad con el pueblo palestino. Adhiero a la mayoría de estas declaraciones pero a la vez me resultan parciales y preocupantes. Ahora leo el cartel que acompaña este posteo y siento que se trata más de un meme que de una actividad que realmente se materializará en unos días. También sentí estas ganas de teclear mis conflictuados pareceres tras asistir al cierre de un encuentro de Salud Popular que presencié antes de ayer, durante el cual se abordó marginalmente el conflicto y la gente se levantó de los asientos para expresar su apoyo a la resistencia palestina.

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Yo quisiera una solución de dos estados, o una Palestina-Israel única (a diferencia del cartel que acompaña este posteo, que promueve la extinción del Estado de Israel). Sería lindo una Palestina-Israel (o el nombre que sus ciudadanos elijan) libre, democrática, no racista y socialista, así como también quiero que sea el mundo en general: sin fronteras, sin distinción de clases, motorizado por la ayuda mutua, del cual se haya eliminado la explotación de unos por otros, donde todos podamos vivir en armonía, con empatía social y con el máximo respeto por todas las formas de vida. Apago el faso y sigo…

Y qué más quisiera uno que la resistencia palestina comparta estos ideales, pero resulta que el predominio en Gaza lo tiene un grupo cuyos valores son diametralmente opuestos, y se concentran en la imposición de la ley islámica con la máxima violencia que sus recursos le otorgan. Hamas siempre se opuso al proceso de paz que inició la OLP (que es un frente de organizaciones palestinas diversas, siendo la mayor de ellas Fatah –la de Arafat– que gobierna Cisjordania). Los cumpas partidarios de la guerra santa ya han manifiestado repetidamente que su propósito es la destrucción del Estado de Israel, y teniendo en cuenta su historial es probable que incluso sus conflictos con otredades palestinas un poco más seculares no se diriman en un partido de truco sin flor. Por eso el cartel suena a meme, arco iris y fiesta rave con exceso de alucinógenos.

Comprendo la asimetría del conflicto, el carácter opresor del Estado de Israel y la triste realidad de las condiciones de vida de los palestinos. Pero agregaría:

  • La resistencia no puede ejercerse de cualquier manera. Hay prácticas que son repudiables incluso para quienes sufren, sobre todo si se planifican y repiten con frecuencia. No sólo causan daño a civiles del grupo opresor sino que son lesivas para la vida de sus propios vecinos y deshumaniza a los propios militantes que las llevan a cabo. La resistencia puede implicar violencia pero su administración no puede ser ilimitada. Quizás sea políticamente incorrecto decir esto, pero al provocar a la “potencia invasora” con incursiones sanguinarias sobre población civil muestran un desprecio por los propios residentes gazatíes que van a sufrir la consiguiente retaliación. Sabe Hamas del poderío militar israelí. Si efectivamente creen que el propósito israelí es el genocidio, ¿para qué le facilitan las excusas de sus bombardeos e invasiones mediante incursiones encendidamente crueles? Hamas pretendía exactamente lo que logró, y esa solidaridad sin límites del mundo entero me resulta sospechosa. ¿Están de acuerdo los propios palestinos residentes en Gaza en facilitar sus vecindarios para el lanzamiento de artillería? ¿Son conscientes del riesgo que supone para sus propias vidas? ¿Entienden ellos y entendemos nosotros que la escalada de violencia favorece a los más violentos de ambos bandos y que esto no se soluciona con violencia y más violencia?

  • Por lo que leo, la población israelí se encuentra mayoritariamente volcada a apoyar la incursión en Gaza, lo que me produce una enorme pérdida de esperanza y un gran dolor por tanta muerte y sufrimiento. Somos un pueblo que sufrió los horrores del nazismo, tenemos una responsabilidad especial en el modo de conducir nuestras decisiones. Me gustaría tener expectativas y pensar que el conflicto puede llegar a resolverse algún día. Eso sería posible si primaran los moderados de ambos bandos, y si todos estuviesen dispuestos a ceder cosas para ganar algo de paz, y a partir de allí crear un futuro mejor. Me interesa señalar que aún en estos momentos de radicalización guerrerista hay personas y grupos dentro de Israel que se manifiestan en contra de los bombardeos y de las acciones criminales del Estado Israelí (ni qué hablar de judíos de todo el mundo que hacemos lo mismo), gente que renuncia a integrar el ejército, activistas que militan por la paz. ¿Es posible hacer esto en los territorios palestinos? Yo creo que no, y es un motivo de alarma para los militantes por una Palestina democrática, libre y laica. El pueblo palestino sufre una doble opresión, no sólo por la violencia israelí sino por el sometimiento al oscurantismo de sus organizaciones político-religiosas. Si queremos ese país libre, entonces condenemos las acciones militares de Israel pero también señalemos que de nada sirve sustituir una violencia por otra. ¿Dónde están los palestinos en la diáspora condenando las acciones de Hamas o llamando a fortalecer la lucha política sobre la violencia ilimitada?

Nos estamos leyendo.