Padezco un problema de este tiempo: soy muy consumista (de herramientas). Con cada hobby que despierta mi interés, se abre una puerta a nuevas inversiones. Como me pongo a mirar reviews antes de hacer las compras, termino entusiasmado con cosas un tanto caras, y que quizás después no uso. De todos modos, prefiero seguir comprando cosas de calidad, para que duren. Si abandono por un tiempo esa disciplina, es posible que en algún momento quiera retornar, y entonces me sirve que me estén esperando herramientas que al desempolvarlas puedan funcionar como el primer día. Y que no constituyan una barrera en el aprendizaje. Porque claro que hay músicos expertos que pueden hacer sonar una guitarra barata de un modo magistral, pero si uno tiene que batallar con la dificultad añadida de un instrumento mañoso, entonces el aprendizaje se hace muy cuesta arriba.

A partir del interés en el dibujo me interesé por marcadores de punta pincel que se pueden recargar. Me atrajeron el Pentel Color Brush Pen y el Kuretake Bimoji Cambio. Son relativamente caros (al menos mucho más caros que un pincel común). De Pentel sólo se consiguen algunos colores y salen 4500 pesos (con el dolar blue a 390 son unos USD 11.5), mientras que del Kuretake hay negro y sale 3300 pesos (USD 8.50 aprox), pero el vendedor tiene muchos comentarios negativos.

En Argentina no hay mucha oferta, sólo encontré uno o dos vendedores que ofrecen estos productos en Mercado Libre, y además en Zona Papel. Estos últimos tienen el Kuretake Bimoji Cambio, el modelo de pincel mediano, a 4500 pesos. Antes parece que se conseguían en Oh My Company. En un principio me entusiasmé viendo precios en Tienda Mía, pero sumando todas las comisiones, envíos e impuestos, lo que en un primer momento parecía accesible y barato, terminaba saliendo carísimo.

Estos pinceles recargables se destacan por su versatilidad para hacer trazos de distintos tamaños y porque contienen la tinta dentro de un receptáculo interno del que fluye con facilidad. Al usarlos se evitan las interrupciones que requiere un pincel común, porque no hay necesidad de ir recargando desde un tintero. De paso hay menos peligro de derrames. Tienen cerdas de nylon, que son durables. A diferencia de los waterbrush (pinceles que cuentan con un tanque de agua incorporado) tienen una válvula o un sistema más preciso para dejar pasar el líquido, por lo que la emisión de tinta es más controlable. Su punto más fuerte es su portabilidad, que permite llevarlos y trabajar cómodos en exteriores. En cambio, si tenemos lugar en una mesa no hay tanto problema en tener un tintero a mano, varios pinceles, un vaso con agua y algunos trapos.

Una cosa que me genera dudas es la capacidad de usar tintas que sean a prueba de agua (waterproof). Es lo ideal si en el mismo trabajo se van a utilizar acuarelas, para que el delineado no se corra con el agua. Algunos vienen con tintas waterproof y otros no, y ambos modelos de Brush Pen se pueden recargar con la tinta que uno desee. El problema sería cargarlos con una que al secarse arruine el pincel. O si sucede esto, capaz que igual se puede limpiar con algún alcohol. No se, todo se vuelve muy incierto y experimental como para destinarle la pequeña fortuna que valen.

Pensándolo mejor, no constituyen una necesidad real. Esta vez me parece que voy a sobreponerme a mi consumismo. En todo caso, me voy a aprovisionar de pinceles y tintas baratas.

Update, tras un par de días:

Encontré los Pentel a un precio que doblegó mi estoicismo. En Librería Woopy los encontré a 1200 pesos (USD 3). No había negro, pero al ser recargables puedo cambiar la tinta por el color que quiera. Veremos…

También encontré los mismos en Artística Rubens, a un precio más cercano al que mencioné antes. Se nota que son remanentes porque en ambos lugares quedan pocos colores.