Acerca de la guerra en Gaza (1/3)


El ovillo en Medio Oriente está tan enredado, que me resulta dificil requerimiento de interlocución de mis queridas amigas, decidí sentarme a reclamar inmediatamente una tregua, un cese total del uso de armamentos de todos los calibres y un llamamiento a una mesa de diálogo.

Parte 1. El Sionismo.

El Estado de Israel declaró su independencia en 1948. Materializó el proyecto del sionismo, un movimiento cuyo objetivo fue el establecimiento de un Estado donde los judíos pudiesen vivir sin leyes restrictivas ni persecuciones ni incertidumbre por su condición de judíos (un lugar donde el progresismo pudiese instrumentar el Plan "Circuncisiones Para Todos"). Pero desde antes de esa fecha, y hasta la actualidad, el proyecto y luego la existencia del Estado de Israel provocó un enfrentamiento sanguinario y crónico con los nativos de la tierra donde se erigió (Palestina) y con sus paises vecinos.

Me inquieta preguntarme sobre el sionismo. ¿Era y sigue siendo necesaria la creación y existencia de un "Estado Judío"? Al día de hoy, desde mi punto de vista, una alternativa mejor parece ser la integración y la construcción de una sociedad global más igualitaria (nada de construir el "Judaismo en un Solo País"), pero en el particular momento en que se gestó, fines del siglo XIX con sus románticos pogroms rusos y mediados del siglo XX con su solución final entiendo que ese proyecto haya sido imprescindible para muchos.

Pogrom es un ataque organizado contra una población, caracterizado por saqueos, destrucción de propiedades, violaciones y asesinatos

El problema de un Estado Judío es que implica una organización con leyes que diferencian a los ciudadanos por su condición religiosa o su identidad cultural (pues habemos judíos que no tenemos un ápice de religiosos). Ya la idea de un Estado me resulta repulsiva en sí, por lo que de Justicia e Igualdad poseen los Estados Modernos, como para que me resulte atractiva la idea de un Estado con población diferencial. En el caso de Israel una ley que expresa esta diferencia es la de "Retorno", según la cual los hijos de madres judías de todo el mundo tienen derecho a emigrar hacia Israel (reciben ayuda estatal para ello) y a obtener la ciudadanía. Esta ley oficia como una protección ante las persecuciones en el exterior (o la mala fortuna de los planes económicos de Argentina) y en la práctica también funciona como un intento de mantener en crecimiento la población judía del país (que debe lidiar con los mayores índices de crecimiento de la población musulmana). Desconozco cuáles son las otras leyes que producen diferencias. Debe haberlas, pero no al estilo "Apartheid" con lugares, o actividades, o servicios prohibidos para los no-judíos. En Israel hay libertad de expresión, de reunión, de organización política, igualdad de género, escuelas bilingues, etc. En los hechos, en cambio, siempre existen subterfugios que expresan la diferencia: la inversión estatal en zonas árabes debe ser escasa, la calidad de los servicios debe empeorar a medida que los barrios y aldeas se vuelven más árabes que judías, seguro hay una estratificación de trabajos y salarios, hay sectores de la población xenofóbica, etc. Peor aún, la persistencia de una guerra interminable fogoneada desde el lado israelí-norteamericano por intereses nacionalistas, integristas, armamentistas y reproducida en la falta de racionalidad ya que se escuda en la necesidad de asegurar la defensa y la paz mientras administra la opresión, y todo eso junto con la ocupación de territorios, la multiplicación de presos palestinos, y la manutención de una sociedad militarizada, promueve una cultura esquizofrénica que vuelve un absurdo el desarrollo de la confianza y la relajación de las tensiones hacia el interior y hacia sus vecinos (disculpen, no le encuentro la vuelta a la oración). Todo esto se realimenta regenerándose una carrera hacia la muerte, hacia el intercambio de venganzas eternas, y alimenta la reproducción de las ideas menos humanistas. Israel no es la Sudáfrica del Apartheid ni tampoco el Estado Igualitario de la Leche, el Trigo y la Miel. La respuesta del sionismo a las persecuciones e injusticias en la Diáspora se ha demostrado como una respuesta insatisfactoria al no deparar una vida de paz y prosperidad, además de significar la tragedia de Otros.

Sin embargo, el Estado de Israel ya existe, hay varias generaciones de israelíes que se afincaron y desarrollaron un sentimiento de pertenencia a esa tierra. Sacarlos de allí sería como sacar a los palestinos en 1948 (voy a volver sobre esto más adelante). El sionismo, en tanto expresión de la libre voluntad de un conjunto de individuos que decidieron y deciden vivir de un modo particular en un lugar particular, me resulta aceptable. En cambio, la desposesión, la expulsión y la violencia ejercida sobre los palestinos, pobladores de la tierra elegida (y no "Tierra Prometida") es algo totalmente repudiable, es algo que atenta contra los fundamentos de la iniciativa. Yo no veo contradicción en esta aceptación y repudio simultaneo, la obligación de rechazar el sionismo por cómo se dieron y cómo se dan las cosas en Israel es como rechazar el socialismo por las experiencias fallidas de la URSS, China, Cuba y demás.

Voy a seguir comentando mi impresión respecto de la situación actual (Israel ya existe), y voy a enunciar algunas condiciones necesarias para posibilitar la paz. Adelanto que no voy a proponer la solución ideal: la destrucción de todos los Estados y del Capitalismo, porque esa no es sólo necesaria para la vida en Medio Oriente y además viene un poco demorada. Este punto de partida sobre el sionismo y el derecho a la existencia del Estado de Israel (lo segundo en realidad no lo abordé) me parecía imprescindible, y supongo que será motivo de discusión.

Pero ahora me esperan para un asado, así que chau.