Una gran dificultad al comenzar a trabajar la madera proviene de la necesidad de asegurar que las piezas constructivas de cada proyecto sean cercanas a un ortoedro (un paralelepípedo o hexaedro rectangular, más fácilmente identificado como un poliedro donde todos los ángulos son rectos… hm, las definiciones precisas parecen terminar en expresiones complejas, cuando intuitivamente es muy facil pensar en una caja perfectamente rectangular). Es dificil lograr que los lados de una tabla estén perpendiculares entre sí (o paralelos, si tomamos de a pares de planos correspondientes, nuevamente, qué dificil es describir en palabras ciertas cuestiones básicas), al menos dentro de un rango de tolerancia pequeño. Se pueden realizar ensambles con maderas que no cumplan con este requisito, pero los resultados son poco elegantes y el trabajo en sí, lejos de provocar éxtasis en el aprendiz, lo motivan al sufrimiento. Escuadrar es indispensable, ya sea con máquinas o con herramientas manuales.
Con herramientas eléctricas
El procedimiento para escuadrar una pieza de madera con herramientas eléctricas lo dividiría en tres partes. Primero se debe aplanar una de las caras con una garlopa (en inglés “jointer“, la wikipedia en castellano tiene un artículo sobre la versión manual unicamente). Esta máquina está compuesta de dos camas metálicas alargadas (las infeed y outfeed tables de la figura), muy planas y paralelas entre sí, separadas apenas unos milímetros, entre las cuales se ubica un eje giratorio sobre el que están montadas las cuchillas (que suelen ser dos o tres). Las imágenes de este artículo son de la wikipedia.
La madera se apoya sobre la cama más baja (infeed) y es empujada por el usuario, que la hace atravesar la parte donde las cuchillas hacen su trabaj́o quitándole espesor. Luego de atravesar este eje giratorio, la parte frontal de la madera pasa a apoyarse sobre la cama que está apenas más alta que la primera (outfeed table). La diferencia de alturas entre ambas corresponde al espesor de madera cepillada por las cuchillas. El usuario continúa empujando hasta que toda la longitud de la tabla termina de atravesar el eje central, completándose el trabajo de aplanar la parte inferior de la madera.
Luego esta cara plana se utiliza como referencia para “regruesar”, proceso que consiste en remover material de la superficie opuesta en pasadas sucesivas por la regruesadora o cepilladora de banco (en inglés “thickness planer“) hasta llevar el espesor de la tabla al valor deseado. La regruesadora cuenta con una cama plana (por donde se desliza la cara de la madera que se aplanó en la garlopa), un eje con cuchillas que realizan el corte en la cara opuesta y dos rodillos que empujan la madera hacia la cama plana, uno ubicado antes del eje con cuchillas y el otro después.
El tercer paso es cortar los cuatro lados restantes, para lo cual se pueden utilizar distintas sierras.
Estos son los pasos “estándar” pero hay modos alternativos. La posibilidad de cortar los bordes de distintos tipos de sierras depende del tamaño de las piezas, en algunos se podrán realizar todos los cortes en una sierra de banco, o en una ingletadora. Es habitual el uso de plantillas (en inglés “jigs”) que se pueden adaptar para permitir o facilitar los cortes en distintas máquinas (por ejemplo una fresadora con una plantilla adecuada puede servir de jointer).
Hay varios problemas con estas herramientas eléctricas. En primer lugar su disponibilidad y costo. En Argentina hay muy pocas de las marcas que se encuentran en el hemisferio norte, y las disponibles se encuentran a precios muy altos (todo esto queda para el siguiente artículo). Estas máquinas también requieren de mucho espacio en el taller, y además su uso produce altos niveles de ruido y de aserrín.
Esta serie de inconvenientes, y los resultados insatisfactorios de construir con tablas que se alejan de las medidas deseadas, me llevó a investigar en los procesos manuales, y en el renacido mundo de las handtools (el uso del inglés en este blog se debe a que la mayoría de las fuentes bibliográficas que cruzan por mis ojos están en ese idioma así que me resulta familiar usarlas). ¿Cómo hacían antes los carpinteros que no contaban con toda esta maquinaria eléctrica? Después de todo, yo no estoy buscando instalar una carpintería comercial en la cual fabricar muebles en serie. Al abordar esta pregunta el camino de aprendizaje comenzó a desviarse, y el trayecto me acercó a otra filosofía de trabajo sobre la que continuaré comentando en el siguiente post.
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