Hace alrededor de un mes y medio recibí la combinada de carpintería que compré casi a ciegas por Mercado Libre. La máquina resultó pesadísima, muy por encima de lo que había dicho el vendedor. La fui a buscar con un fletero y no hubo problemas para cargarla porque en el galpón del transporte tenían una zorra hidráulica. El problema fue bajarla en casa. La camioneta (creo que era una VW Saveiro) venía pasada de carga, según me dijo el fletero al despedirse. Aparentemente cargan entre 600 y 700 kg, y la camioneta no traía otra cosa que contribuya significativamente al peso. La mesa de la sierra circular, la mesa movil del barreno y algunas otras partes estaban separadas, así que el peso del cuerpo principal se redujo un poco. Pero igual era tan pesada que fue muy dificil de manipular y sostener, y prácticamente sólo la amortiguamos en su caida, ya que éramos dos y el espacio y la disposición de la camioneta y el garage impedían contar con otra ayuda. Lo mejor de todo fue que no sufrimos ninguna lesión, aunque yo me raspé un brazo y todavía tengo la marca en la piel.
La máquina tenía un nivel de mugre descomunal, con restos de aserrín mezclado con tierra por todos lados. Resultaba muy desagradable al tacto y a la vista.
Con la tapa levantada se accede a la función de cepillado. Al usarla de este modo, el eje se debe cubrir con una chapa como protección (no aparece en la foto) para evitar accidentes con las cuchillas.
La cama movil de la garlopa, que se levanta para dar acceso a la cepilladora, estuvo partida y fue soldada, tal como se ve en la costura metálica visible de fondo en la foto de abajo. No fue una gran noticia, pero el arreglo parece estar bien hecho y la cama está plana. En la parte frontal se ve una parte de la pintura carcomida, provocando dolor de vista y un puaj al tacto, pero a la vez impacta gratamente la solidez y masividad de cada pieza, ya que el herrumbre que se ve es apenas superficial.
En la siguiente imagen otro detalle de la mugre, presente en todos los rincones. Algo positivo del desarme fue poder entender la función de cada parte de esta combinada, que es una máquina muy sencilla. Esta polea mueve una serie de engranajes ubicados dentro de la caja, los cuales reducen el número de revoluciones por minuto del motor, y mediante la cadena hacen girar lentamente al eje que realiza el arrastre de la madera en la cepilladora.
Tras acomodar las piezas sueltas sobre los costados del garage y pegar una barrida rápida, lo primero que hice fue encender mi nueva arma de cepillado masivo, para ver si andaba bien. La enchufé, pulsé la tecla repleta de roña y el motor se puso en marcha, el eje dio un par de vueltas y de inmediato las luces de la casa se apagaron. En silencio y penumbra el eje giró varias veces más antes de detenerse. Fui a revisar el tablero eléctrico de la casa y encontré saltada una de las llaves térmicas. Verifiqué el enchufe de la combinada, hice una inspección visual del motor, y sin demasiadas esperanzas volví a encenderla y por supuesto, volvió a cortarse la luz. Esta vez empeoró la situación. Las luces se apagaron y por más que llevé la llave térmica a su posición de encendido, la luz en un sector de la casa siguió apagada. Muy malas noticias.
Llamé a mi amigo multitarea (el Gabi) y pudimos solucionar el problema eléctrico ya cuando la noche se había asentado. Por suerte encontramos rápidamente el sitio donde se había producido un cortocircuito en la instalación y mediante alicates y cinta aisladora logramos que retornara la luz. El problema había sido que el instalador colocó llaves térmicas de 40 amperes para cables que soportan 10. Así que los cables estaban protegiendo a la llave térmica, y no al revés. Si supiera quien fue el valiente e ignorante instalador lo llamaría para recomendarle que lea algún manual básico de electrotecnia.
El motor de la combinada tiene la chapa donde seguramente se indicaban sus características, pero sobre ella no se ve ningún caracter legible. El único dato que tengo es del vendedor (el mismo que me dijo que la máquina pesaba 140 kg), que me había dicho que era de 3 HP. Convertí las unidades y me dio 2237 W y considerando los 220 V de la linea, calculé que la corriente debía ser de 2237 W / 220 V, es decir unos 10 A (¡por las barbas de André-Marie Ampère!). Como los cables que llegan al único enchufe accesible estarían al límite de sus parámetros adecuados de funcionamiento, decidí armar una linea aparte para la combinada, de manera tal que no interfiera con el resto de la instalación, que en algún momento tendremos que arreglar.
Tardé algunos días en comprar llave térmica, cable canal, cable tpr, tarugos y demás elementos. Mientras tanto, empecé a limpiar la combinada y traté de ver qué partes podía pintar. En algunos lugares la pintura estaba descascarada y por debajo descubrí un material de color blancuzco que se desgranaba al escarbarlo con la uña o con la punta del destornillador. En la parte inferior el hierro ángulo de la estructura presentaba bastante óxido. Probé limpiar una parte y preparar esa superficie con antióxido. No parecía posible dejarla completamente limpia y pintable, porque quedaban muchos rincones inaccesibles. Así que de vuelta con la ayuda del Gabi (a quien le pedí opinión y me respondió tajante: “a mi me gusta ir a fondo cuando hago las cosas“, preferí no indagar con mayor profundidad) desarmamos todo lo desarmable y quedó por un lado el esqueleto de hierro ángulo, y por otros rincones del garage el eje con las cuchillas y el mandril, el motor, la caja de engranajes, las camas de la garlopa y de la cepilladora, etc. Aca el laborioso posa con poca credibilidad:
Terminamos de desarmar la máquina antes de completar la nueva instalación eléctrica, así que no pude probarla. Nunca sabré cómo funcionaba originalmente al momento de comprarla. Quizás la vendieron a un precio bajo porque ya no daba más. O quizás, emparchada como estaba, con suplementos de chapa espantosos montados para calibrar la coplanaridad de las camas y las cuchillas, la madera salía cepillada a una razonable escuadra. Sea como sea, me parece que aún sin certeza sobre el éxito de la misión, estuvo acertada la decisión de desmontarla para acceder a todos los rincones y ver el estado de cada una de sus piezas. Había que saltar a la pileta y emprender una limpieza a fondo para dejarla en condiciones de ser utilizada con agrado. Como las piezas son de un buen metal (ninguna pieza se va a romper ni doblar), supongo que será cuestión de paciencia volver a armarla. Debajo se ven algunas de las múltiples pilas de chapitas que en distintos soportes calibraban la inclinación de cada una de las camas.
Un mensaje grabado en el metal permanece en el cuerpo de esta anciana, que sin demasiados argumentos estimo que habrá cobrado entidad en la década del 40 o del 50. En su esqueleto de metal está marcado el número 142 (el último dígito con un dibujo incompleto, se me hace más un 2 que un 9). También en las contrahierros de las cuchillas, en el eje y en partes más pequeñas. Debe ser que las piezas no eran perfectas y producidas en serie, sino comprobadas una por una en su ajuste singular al cuerpo de cada individualidad.
Así quedaron las entrañas de la Bagual 142 tras el paso de un par de Jacks, Destripadores de Dinosaurios Metálicos. Mucho trabajo se avecinaba, con un resultado final imposible de asegurar aún hoy. Pasado un mes y medio, avancé bastante (ya verán en el posteo siguiente), pero todavía no terminé el montaje y sigo sin saber si volverá a funcionar.
Contame algo...